“Un favor, ¿me puedes ayudar con esto?”
Por: Diana Flores
@diana1.pe
Profe Creatividad Digital – La Calle
Hace un tiempo me percaté de una costumbre que tenemos bastante arraigada en el mundo de las agencias de publicidad: pedir hacer un trabajo como si fuera un favor. Es algo de todos los días. Mensajes del tipo: “Por fas, me puedes ´ayudar´ con esto?”, “Un ´favorsote´, necesitamos hacer…”, o “Me puedes ´apoyar´ con…”. Es decir… ¿Estamos ayudando? ¿estamos haciendo un favor? ¿estamos apoyando con algo especial? Creo que no. Creo que solo estamos haciendo lo que se supone debemos hacer.
¿Por qué se nos hace tan difícil ser más directos, que tenemos que maquillarlo para que suene más “bonito”? Y no tiene nada que ver con ser educado eh. Con un saludo al inicio y un gracias al final, estamos más que bien. Creo que tiene que ver con que no nos gusta ser percibidos como “bossy”. Pero… si parte de tu trabajo es dar indicaciones, y parte del de los demás es seguirlas, no debería haber nada de malo en eso.
Pensando en las mujeres, si lo exploramos por el lado feminista diría que, si históricamente se nos ha tendido a catalogar de “mandonas” mientras a los hombres se les tildaba de “líderes” ante exhibir los mismos comportamientos… tendría lógica que convivamos hasta el día de hoy con ese “issue” y terminemos solicitando cosas como favor, para no parecer mala onda cuando solo estamos haciendo nuestro trabajo. Pues si eres mujer y te sientes identificada con algo de lo que estoy diciendo: aún estamos a tiempo de cambiarlo (también me pasa). Sin embargo, es algo que veo que proviene de ambos géneros. Cosa que me hace pensarlo desde otro ángulo.
¿Será que es culpa de nuestros clientes? Si hemos trabajado una campaña por semanas y de pronto se nos cambia el brief días antes de la presentación… me puedo imaginar la vergüenza del ejecutivo de cuentas a cargo para pedir ese cambio a todo el equipo. Ahí sí creo que merece un “ayúdame”, que bien podría ser interpretado por un “ayúdame a llegar con las fechas, de verdad hice todo lo que pude”. Puede ser. Pero si ese fuera el caso, tengamos cuidado de que estos “favores” (que deberían ser extraordinarios) no se vuelvan algo de todos los días. Porque ahí sí que nos estamos metiendo en un problema.
Ahora bien, cada uno puede hablar como quiere y no hacerme caso en absoluto. Pero si llegaste hasta aquí, sea cual sea la razón real de esta costumbre, lo que sí creo es que por más que siempre estemos dispuestos a ayudar, tener la percepción de que nuestro trabajo de todos los días es un apoyo, quizás no es tan cool. Mi trabajo es divertido, por eso lo elegí. No me cuesta hacerlo, me encanta. No queremos que por andar haciendo “favores” nuestro subconsciente comience a pensar que no estamos haciendo lo que deberíamos realmente. En fin. Para mi, un “Hola! Tenemos que trabajar esto. Gracias!” funciona perfecto. Así, más que sentir que estoy haciendo un favor, siento que me están haciendo un favor a mi al regalarme un nuevo reto que afrontar. ¿Qué opinan ustedes?